Antes de la Inauguración oficial esta tarde del Año Ignaciano, esta mañana el P. General ha visitado el colegio San Ignacio de Pamplona, ha mantenido un encuentro con los directores de obras jesuitas de la provincia y ha presidido un acto civil y religioso en la ciudad.

A primera hora, tras un breve encuentro con la comunidad del colegio, en una aula de 5º de Primaria, dos alumnos le regalaron a Arturo Sosa el pañuelo de San Fermín del colegio y todo el aula le dio la bienvenida cantando el rock de Nacho. A continuación, en el salón de actos, varios alumnos de ESO y Bachillerato hicieron varias preguntas al P. General. Entre ellas, le pidieron que les explicara el significado de este aniversario de la Compañía. Su visita al centro se cerró con varias fotografías rodeado de los alumnos más pequeños de Primaria mientras formaban en el patio el número 500.

En el encuentro online posterior con los directores de obras y superiores, conducido por Carlos Losada (Unijes) y Toño Allende SJ (delegado de Educsi), el P. General abordó muchas cuestiones sobre la realidad de las obras jesuitas. Enfocó la colaboración con otros como un aprendizaje que no se termina y reconoció la presencia masiva de las mujeres en el campo del apostolado de la misión de la Compañía en todos los ámbitos (educativo, social, pastoral, en centros de espiritualidad). La nueva Comisión internacional formada en Roma sobre este campo le ofrecerá pistas de cómo anda la Compañía, cómo puede mejorar y cómo “podemos incidir en el problema de la mujer en la sociedad”. Habló el P. General de los espacios de sinodalidad en la Iglesia y de la selección de obras y ministerios, para la que sugirió ir “desarrollando la capacidad de discernimiento en común y el desapego como cuerpo”. También pidió el hacer la gestión de nuestras obras de una manera más espiritual, pero sin contraponer espíritu y práctica, sin renunciar nunca a utilizar el discernimiento como método para la toma de decisiones. Considera Arturo Sosa que no se está perdiendo identidad en las obras, que el momento es bueno porque justo se están creando los mecanismos para “identificarnos con lo que nos define”: “Ofrecemos algo que otros no ofrecen. Ese algo es la identidad, y hay que explicarlo. Antes nos confiamos de que eso sucedía por osmosis, solo por la presencia de jesuitas y no nos preocupábamos demasiado de hacerlo explícito o de la formación. En eso hemos crecido y estamos creciendo”.  Pidió también trabajar por la cultura de las vocaciones a la Compañía desde sus últimas directrices al respecto, que exista en cada provincia un equipo formado no solo por un jesuita, que incluya un hermano, alguna mujer y por lo menos un laico y que desarrollen un plan de promoción vocacional.

Respecto a la situación de las migraciones en Europa pidió a los europeos trabajar en la reconciliación. Habló también de la fatiga pandémica, del magisterio del papa Francisco y de las Preferencias Apostólicas.

Actos civil y religioso

La ciudad de Pamplona tuvo su protagonismo en los actos civil y religioso de final de la mañana. Junto a la entrada de la Basílica de San Ignacio, se dieron cita entre otros, el alcalde, Enrique Maya, el arzobispo de la diócesis, D. Francisco Pérez González, y el obispo auxiliar J. Antonio Aznarez. Abel Toraño sj introdujo el acto. El alcalde habló de presencia histórica de los jesuitas en Pamplona. Y el provincial de los frutos pastorales que se forjaron en la herida de Ignacio: “La herido cambió sus patrones vitales” y originó la creación de la Compañía de Jesús, la organización misional de un grupo de hombres que han dado grandes educadores, científicos, músicos, mártires”, y que ha llegado a la actualidad con las más de 200 universidades y 2000 colegios que la Compañía tiene hoy en el mundo. Agradeció también la cercanía e interés de la ciudad por la Compañía.

El P. General junto al alcalde ofrecieron una ofrenda floral junto a la placa que conmemora la herida de san Ignacio. Ya en el interior de la parroquia de San Ignacio tuvo lugar el acto religioso, acompasado con música ignaciana por parte de dos solistas. El arzobispo dirigió unas palabras de bienvenida al templo y a su diócesis en las que reivindicó la importancia de los Ejercicios Espirituales; el párroco, D. César Magaña, presentó a Luis Javier Fortún, historiador, quien narró brevemente la historia de la basílica erigida para honrar a San Ignacio. Acto seguido, Ramón Fresneda sj leyó el capítulo primero de la autobiografía de San Ignacio donde se narra el momento en que Ignacio cae herido y cerró el acto el P. General bendiciendo una nueva escultura de San Ignacio. El acto concluyó con un momento de oración junto a la nueva imagen.

La mañana se cerró con una visita al ayuntamiento donde esperaba la corporación municipal, ante la que Arturo Sosa volvió a recordar la importancia que los jesuitas vascos y navarros tuvieron en la formación de la provincia de Venezuela, de la que él procede. Antes de dejar el consistorio pudo asomarse al tradicional balcón donde cada 7 de julio (excepto en pandemia) se lanza el chupinazo de los sanfermines.

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